Un caso de canibalismo sorprendió a la ciudad de Buenos Aires. En un día concreto, alguien se atrevió a consumir objetos inusuales como cinturones y botas, pero también algo que no debería ser comido: carne humana.
El rey español Carlos I se vio obligado a decretar que esta práctica ya no sería considerada un pecado. La historia de hambruna y terror que azotó al Río de la Plata.