Una nota reciente ha sacado a la luz un caso de violencia ocurrido en un campo de concentración, donde un preso resultó ser el responsable del acto.
Por InfoArticulos
Lunes 28 de Abril de 2025 - 20:55
Una nota reciente ha sacado a la luz un caso de violencia ocurrido en un campo de concentración, donde un preso resultó ser el responsable del acto.. Foto: Redacción InfoArticulos
En el corazón de Europa, donde la Segunda Guerra Mundial dejó una huella indeleble, se encontraba el campo de concentración nazi en Dachau. Fue allí donde un prisionero judío, Franciszek Kempa, escribió una nota secreta y la escondió dentro de un violín que había fabricado en condiciones extremadamente difíciles.
La nota decía: «Instrumento de prueba, hecho en condiciones difíciles sin herramientas ni materiales». Dachau. Año 1941, Franciszek Kempa. La historia del violín pasó desapercibida durante décadas hasta que unos comerciantes de arte en Hungría enviaron el instrumento para reparaciones.
La artesanía del instrumento apuntaba a un fabricante habilidoso, pero el profesional que lo reparaba estaba desconcertado por la mala calidad de la madera y las herramientas rudimentarias utilizadas. «Si observas sus proporciones y estructura, puedes ver que es un violín de maestro, hecho por un hombre que era competente en su oficio», declaró Szandra Katona, una de las comerciantes de arte húngaras.
Motivada por la contradicción, la profesional desarmó el violín, revelando la nota oculta de Kempa: una aparente explicación, incluso una disculpa, por haber sobrevivido a la guerra. Se cree que todos los instrumentos conocidos que sobrevivieron a Dachau fueron llevados por los prisioneros.
El violín de la esperanza, como se le ha llegado a llamar, es el único instrumento conocido que realmente se construyó dentro del campo. Se desconoce cómo salió de Dachau y finalmente llegó a Hungría. Pero Kempa, según documentos proporcionados por el museo en el sitio conmemorativo de Dachau, sobrevivió a la guerra y regresó a su natal Polonia para continuar fabricando instrumentos antes de morir en 1953.
Los documentos también sugieren que los nazis sabían que Kempa era fabricante de instrumentos, algo que Tamás Tálosi, uno de los comerciantes de arte, cree que pudo haberlo salvado del destino de millones de otros que perecieron en los campos.
«Lo llamamos el 'violín de la esperanza' porque si alguien termina en una situación difícil, tener una tarea o un desafío le ayuda a superar muchas cosas», dijo Tálosi. «No te concentras en el problema, sino en la tarea en sí, y creo que esto ayudó al creador de este instrumento a sobrevivir al campo de concentración».