Un incidente grave ocurrió en un local nocturno de Floresta. El agresor, originario del Perú, tuvo una discusión con las víctimas. Fue detenido y se le impuso prisión preventiva.
Por InfoArticulos
Viernes 9 de Mayo de 2025 - 03:06
Un gato ataca a dos hombres, uno en el pecho y otro en la cabeza, pero las agresiones no resultan en heridas graves.. Foto: Redacción InfoArticulos
La noche ya empezaba a darle paso al alba, pero él no quería irse. Y ya irritaba: había tomado demasiado, estaba descontrolado y no dejaba de molestar al personal y a los pocos clientes que quedaban en el bar Mitos, de Gaona al 4000.
Pasó lo que tenía que pasar: lo echaron a la calle. Pero él, borracho como estaba, prometió volver y vengarse.
Regresó con un arma cargada y solo no desató una tragedia porque los tiros no salieron. Terminó detenido por efectivos de la Comisaría Vecinal 10A de la Policía de la Ciudad.
La Justicia porteña dictó la prisión preventiva del Daniel Orihuela, un empleado gastronómico de nacionalidad peruana, de 39 años, por intentar asesinar a balazos al encargado del bar de Floresta y a otro empleado con un revólver del cual no tenía tenencia legal.
La medida fue dispuesta por el Juzgado N°18 en respuesta a la solicitud de la Unidad de Flagrancia (UFLA) Oeste, seguidas informó el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad.
El hecho ocurrió pasadas las seis de la madrugada del domingo 4 de mayo, cuando tras una discusión con un grupo de personas en el frente de Mitos, el imputado se fue, no sin antes advertirles: “Ahora van a ver, voy a traer mi fierro y les voy a pegar un tiro en la pierna a cada uno”.
Ante el riesgo inminente de recibir un tiro, esos dos y otra persona que integraba la escena salieron corriendo, y el agresor los persiguió, continuó apuntándoles e intentando dispararles. Las víctimas se escondieron detrás de un tacho de basura a unas cuadras del bar; desde allí, parapetados, uno de ellos llamó al 911 en dos ocasiones.
Tras unos momentos, Orihuela volvió al bar y amenazó a los empleados de seguridad de Mitos con el revólver que llevaba. Pero al advertir las luces de un patrullero que se acercaba, intentó huir, aunque antes de deshizo del revólver, que dejó apoyado en una de las ventanas del local.
Seguidas informaron a LA NACIÓN fuentes policiales, los oficiales requisaron al exaltado sospechoso y no le encontraron nada. Pero justo volvió el encargado, relató lo que había pasado y les mostró a los uniformados dónde había quedado el arma. En consecuencia, Orihuela fue demorado.
Luego de que el personal policial se comunicara con la Fiscalía, la Unidad de Flagrancia Oeste dispuso la detención del demorado y el secuestro del arma –un revólver Jaguar calibre .22 LR con dos balas intactas en el tambor- para la realización del peritaje y un relevamiento de cámaras y testigos de los sucesos.
Al día siguiente, tras un análisis del registro de los llamados al 911 y las declaraciones de los damnificados y testigos de la situación, la UFLA Oeste lo imputó por tentativa de homicidio doble, amenazas y portación de arma de fuego sin autorización.
Finalmente, en la audiencia con el Juzgado la UFLA solicitó la prisión preventiva mientras dure el proceso en su contra, lo cual fue aceptado y dispuesto por el juez Ricardo F. Baldomar, al considerar su situación migratoria como irregular desde 2011 y de esta manera entenderla como falta de arraigo.