Un nuevo partido emerge en la escena política argentina, aunque aún no está completamente definido. Sin embargo, su presencia se hará sentir pronto.
Por InfoArticulos
Domingo 25 de Mayo de 2025 - 03:42
Patentes, globos y la moda de las colas. Foto: Redacción InfoArticulos
Hay comparaciones que mejor evitarlas, como la del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, tras haber ganado el millonésimo las últimas elecciones en la Capital: “Nosotros somos un partido en formación, pero nos van a seguir viendo la patente desde atrás”, dijo al pronosticar la desaparición del kirchnerismo.
¿Cuánto hace que gobierna Milei? Un año y cinco meses, más o menos el tiempo en el que muchas de las chapas patentes nuevas son papeles de colores que deberían estar adosados a las lunetas, pero que brillan por su ausencia, solo figuran en una de las dos o pegadas de tal modo que hay que ser adivino para entender dónde empiezan las letras y dónde terminan los números.
El motivo ya se sabe. La Casa de Moneda tiene demoras con los insumos para producir chapas patentes de metal que, seamos honestos, tampoco antes se dejaban leer con claridad. Desde hace décadas ya alguien se le ocurrió taparlas con la colita rutera, ese similar del trasero de un roedor cuyo dudoso fin era evitar que a los pasajeros se les frizzara el pelo o pegaran un salto al chisporrotear el cierre de una puerta por la supuesta carga estática del vehículo.
Más tarde, otros colgaron CDs sobre esas planchas identificatorias creando efectos psicodélicos para confundir tanto a policías como cámaras de infracciones más conocidas como cazabobos, ubicadas especialmente en rutas donde no circula casi nadie o que obligan a bajar la velocidad de forma abrupta en un tramo tan corto que hay que proteger el tabique nasal para que, con la frenada, no se convierta en un huecograbado del parabrisas.
Desechada por mera la colita y muerto el CD a manos de plataformas de streaming como Spotify, la “criolloavivada” siempre encontró subterfugios: pintar una parte de la identificación, raspar un 8 para que parezca un 3 o pegarle una Curita al 1 para que se asimile a un 7. Hay que decirlo todo: siempre tan gaucha la Curita.
Que no vengan con los apócrifos transparentes que ni pegan ni sirven para hacer una tramoya.