Los dueños deben estar atentos a este comportamiento en sus mascotas, ya que puede ser un signo de una condición subyacente.

Animales ocultan secretos detrás de sus comportamientos diarios, ¿cuántas de estas conductas encubiertas revelan problemas o necesidades sin resolver?

Por InfoArticulos

Miércoles 23 de Abril de 2025 - 14:55

Los dueños deben estar atentos a este comportamiento en sus mascotas, ya que puede ser un signo de una condición subyacente.. Foto: Redacción InfoArticulosLos dueños deben estar atentos a este comportamiento en sus mascotas, ya que puede ser un signo de una condición subyacente.. Foto: Redacción InfoArticulos

Aunque muchos dueños ya lo han notado, ver a un perro que come pasto genera dudas. Algunas personas lo consideran una mala costumbre, otras creen que es inofensivo. Sin embargo, detrás de ese comportamiento puede haber señales importantes que el cuerpo del animal intenta comunicar.

A simple vista, esta acción no parece alarmante. Sin embargo, su frecuencia y el contexto en que aparece pueden revelar que no se trata solo de una costumbre pasajera. Estudios estiman que cerca del 70 % de los perros come pasto en algún momento de su vida. En algunos casos, lo hacen de forma esporádica; en otros, se transforma en una práctica recurrente.

El vómito continuo favorece la inflamación gástrica, la deshidratación y los desequilibrios en la absorción de nutrientes. Además, si el pasto proviene de jardines o parques tratados con pesticidas, puede sumar un riesgo de intoxicación.

Por eso, es clave saber cuándo esta conducta se vuelve preocupante. Si el perro come pasto a diario, vomita cada vez que lo hace, o muestra signos de fatiga o malestar general, se recomienda consultar con un veterinario. También si esta conducta aparece de forma repentina en un animal que antes no la tenía.

Si tu perro lo hace todos los días o muestra otros síntomas, conviene consultar al veterinario para descartar un problema mayor.

Cómo prevenir que los perros coman pasto

Para evitar esta conducta y, por ende, prevenir los peligros asociados, los expertos recomiendan:

Mejorar la alimentación: ofrecer una dieta equilibrada con fibra, proteínas y todos los nutrientes necesarios reduce la necesidad de buscar otras fuentes vegetales.

Ofrecer estímulos diarios: aumentar los paseos, el juego y las actividades compartidas disminuye el aburrimiento y mejora el bienestar emocional del animal.

Evitar zonas tratadas con químicos: supervisar las salidas y evitar que el perro consuma pasto en parques públicos o áreas fumigadas reduce el riesgo de intoxicación.

Dar alternativas de masticación seguras: juguetes adecuados, huesos vegetales o elementos pensados para morder ayudan a canalizar esa necesidad sin recurrir al césped.

Observar cambios en la conducta: registrar en qué momentos aparece la conducta y con qué frecuencia permite detectar patrones y posibles causas ocultas.

Consultar con el veterinario: ante cualquier duda, una consulta profesional permite evaluar el estado de salud del perro y prevenir complicaciones futuras.