La elección de su clásico vehículo blanco en lugar de un coche fúnebre cambió el tono con que saludaron al pontífice durante la procesión hasta la basílica Santa María la Mayor.
Por InfoArticulos
Sábado 26 de Abril de 2025 - 12:17
La última sorpresa de Francisco antes de su partida en el Vaticano. Foto: Redacción InfoArticulos
La elección del clásico vehículo blanco en lugar de un coche fúnebre cambió el tono con que saludaron al pontífice durante la procesión hasta la basílica Santa María la Mayor.
El papa Francisco guardó una última sorpresa para su despedida: pidió que el cajón con su cuerpo fuera trasladado en su papamóvil blanco y no en coche fúnebre en su último viaje.
La elección de ese vehículo transformó esta histórica procesión -la primera en décadas de un papa muerto en el Vaticano que decide ser enterrado fuera de allí- en una verdadera celebración de la vida.
No es casual que su última salida del Vaticano, en efecto, fue a la cárcel romana de Regina Coeli, el Jueves Santo. Allí, por primera vez, no pudo lavarles los pies a los detenidos, como hizo Jesús en señal de servicio, pero no importó.
Francisco, el papa de los gestos, de los pies en la tierra, que siempre pensó que la realidad es superior a la idea, quiso estar con ellos y recordarles que Dios es misericordia y que Dios lo perdona todo.
El fúnebre del papa Francisco llega a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Luca Bruno - AP
El recorrido desde el Vaticano fue una verdadera fiesta, con el papamóvil con los restos de Francisco -un hombre vestido de Papa, como lo definen muchos italianos- que no hubo clima de luto.
Se respiraba otra cosa, casi parecida a la alegría. ¿Por qué? Porque con el sorpresivo papamóvil a nadie se le ocurría pensar en la muerte, sino en la vida.
Y en todas esas veces en los últimos doce años de su vida en que el papa Francisco usó el papamóvil en sus 47 viajes internacionales, llevando con pasión y determinación su mensaje evangélico.
El fúnebre del papa Francisco llega a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Luca Bruno - AP
La última salida del Vaticano fue un recordatorio de que el papa Francisco siempre pensó que la realidad es superior a la idea.
Y que Dios es misericordia y que Dios lo perdona todo.