La nación centroamericana emitió un aviso máximo debido a las explosiones del volcán Poás.

La nación informa que Costa Rica ha declarado alerta máxima debido a las intensas erupciones del volcán Poás.

Por InfoArticulos

Jueves 24 de Abril de 2025 - 02:51

La nación centroamericana emitió un aviso máximo debido a las explosiones del volcán Poás.. Foto: Redacción InfoArticulosLa nación centroamericana emitió un aviso máximo debido a las explosiones del volcán Poás.. Foto: Redacción InfoArticulos

Las autoridades de Costa Rica han declarado alerta roja debido a la intensa actividad eruptiva del volcán Poás, ubicado a 50 km de San José. Las columnas de humo superan los 4.000 metros y la ceniza afecta a comunidades cercanas.

El volcán Poás, uno de los principales atractivos turísticos de Costa Rica, ha experimentado un aumento significativo en las erupciones desde el inicio de esta semana. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha elevado la alerta de naranja a roja para la zona donde se encuentra el volcán.

Las columnas de humo superan los 4.000 metros de altura y están depositando grandes cantidades de ceniza en los ríos, lo que afecta a varias comunidades cercanas bajo alerta naranja, según un comunicado de la CNE.

El Poás tiene una altura de 2.708 metros y se encuentra ubicado en una zona cubierta de bosque espeso, actualmente cerrada al paso de turistas debido a los riesgos asociados con bloques balísticos, gases y ceniza.

Las autoridades han pedido a los pobladores de la zona que tomen medidas de precaución por la caída de ceniza y la propagación de gases que pueden causar irritación. Se recomienda el uso de mascarillas.

Los expertos temen que las cenizas afecten también ríos caudalosos que bañan varias localidades de la provincia de Alajuela, donde se encuentra el volcán.

Según la Red Sismológica Nacional (RSN), Costa Rica cuenta con más de 120 focos volcánicos, pero la mayoría están extintos y solo cinco se mantienen activos: Poás, Rincón de la Vieja, Arenal, Irazú y Turrialba.

En 2017, el Poás experimentó un intenso período eruptivo que provocó el cierre del parque durante más de un año, lo que dejó pérdidas considerables a las comunidades aledañas que viven del turismo.