La interconexión entre el intestino y el cerebro es fundamental para nuestra salud. Ambos órganos están estrechamente relacionados, ya que el intestino absorbe nutrientes que luego son transportados al cerebro a través de la sangre.

Dos órganos clave están unidos por múltiples vías, según reveló un especialista. Descubre cómo funcionan en este artículo exclusivo de LA NACION.

Por InfoArticulos

Jueves 15 de Mayo de 2025 - 10:56

La interconexión entre el intestino y el cerebro es fundamental para nuestra salud. Ambos órganos están estrechamente relacionados, ya que el intestino absorbe nutrientes que luego son transportadoLa interconexión entre el intestino y el cerebro es fundamental para nuestra salud. Ambos órganos están estrechamente relacionados, ya que el intestino absorbe nutrientes que luego son transportado

El estudio encontró que las personas con depresión tienden a prestar más atención a los sentimientos y expresiones faciales negativas que a los estímulos neutros o positivos. Los investigadores querían saber si el uso de probióticos podía interferir con el procesamiento de la información emocional en el cerebro. El estudio fue aleatorio, ni los científicos ni los participantes sabían quién consumía qué. Durante el experimento, los expertos realizaron varias pruebas para medir factores como el estado de ánimo, la ansiedad, el sueño y el cortisol salival (una sustancia relacionada con el estrés). La profesora Rita Baião, psicóloga clínica y líder del estudio, explica que las personas con depresión tienden a prestar más atención a los sentimientos y expresiones faciales negativas que a los estímulos neutros o positivos. "Queríamos comprender si el uso de probióticos podía interferir con el procesamiento de la información emocional en el cerebro", afirma Baião, quien actualmente es profesora adjunta en la Facultad de Ciencias Sociales del Instituto Universitario de Lisboa en Portugal. "En el grupo que tomó probióticos, observamos una menor tendencia a detectar estímulos negativos en relación con el procesamiento de la expresión facial y otra información emocional", concluye Baião. El estudio sugiere que los probióticos pueden ayudar a aliviar algunos síntomas depresivos, pero dice que se necesita más investigación. Pasricha, por su parte, afirma que puede tomar décadas modificar la composición de un microbioma para lograr algún cambio. "Y sabemos que es muy difícil mantener ciertos comportamientos para la mayoría de las personas. De lo contrario, no tendríamos una epidemia de obesidad", concluye el experto.