La decisión judicial en Estados Unidos beneficia a los hermanos Menéndez, trayendo un paso más cerca su posible liberación condicional.

El juez Michael Jesic redujo la condena de prisión perpetua a 50 años, lo que generó una reacción positiva en la familia de los sentenciados.

Por InfoArticulos

Miércoles 14 de Mayo de 2025 - 03:46

La decisión judicial en Estados Unidos beneficia a los hermanos Menéndez, trayendo un paso más cerca su posible liberación condicional.. Foto: Redacción InfoArticulosLa decisión judicial en Estados Unidos beneficia a los hermanos Menéndez, trayendo un paso más cerca su posible liberación condicional.. Foto: Redacción InfoArticulos

Los hermanos Lyle y Erik Menéndez, que han estado en prisión durante más de 30 años por asesinar a sus padres, recibieron un alivio judicial este martes: la Justicia de los Estados Unidos modificó su sentencia y abrió una nueva oportunidad para que accedan a libertad condicional.

A raíz del parricidio que estremeció a Estados Unidos en 1989, los hermanos fueron sentenciados a prisión perpetua sin derecho a libertad condicional. Sin embargo, el juez Michael Jesic alteró la condena -de prisión perpetua a 50 años-, por lo que los imputados podrán introducir un pedido de libertad condicional.

Los Menéndez tuvieron una audiencia este martes a través de una videollamada desde la prisión de San Diego, donde se encuentran cumpliendo su condena. Lyle, de 57 años -el mayor de los dos-, expresó ante la corte: “Maté a mi mamá y a mi papá. No tengo excusas. Asumo toda la responsabilidad”.

Erik, de 54, también dijo que es consciente de sus acciones y sumió: “Disparé cinco veces a mis padres, y fui por más munición. Le mentí a la policía, a mi familia. Son seres humanos extraordinarios. No hay posibilidad alguna de que rompan la ley (si fuesen liberados). Su único deseo es hacer el bien”.

El fallo llevó las emociones afuera del juzgado. “Quiero agradecer al juez Jesic por ser justo”, dijo Baralt a la prensa y agregó: “Estoy tan feliz de que me puse rímel a prueba de agua porque he llorado todo el día, pero estas son lágrimas de alegría”.

Además, el abogado de los hermanos, Mark Geragos, dijo que la decisión comprueba que la “credibilidad es posible”. “Lo cierto es que los Menéndez han hecho un trabajo notable y hoy es un gran día tras 35 años”, remarcó.

Los hermanos cometieron el crimen cuando tenían 21 (Lyle) y 18 (Erik). Ambos abrieron fuego a sangre fría contra sus padres mientras estos veían televisión, e intentaron hacerlo pasar por un ataque presuntamente de la mafia, según relataron inicialmente. Sin embargo, tras una confesión de Erik a su terapeuta, las autoridades no demoraron en ponerlos tras las rejas.

Los hermanos enfrentaron un juicio muy mediático en el que su defensa afirmó que cometieron el parricidio como consecuencia de años de abuso psicológico y sexual a manos de un padre violento y una madre negligente, pero la Fiscalía los acusó de planear el crimen para recibir una millonaria herencia. Un primer jurado no alcanzó un veredicto unánime, aunque el segundo juicio terminó con la condena a cadena perpetua.