La decisión crucial de hospitalizar a un enfermo con enfermedad de Alzheimer llega en momentos difíciles

La cantidad de adultos mayores aumenta y la pérdida de memoria se vuelve más frecuente, según lo opinan los especialistas.

Por InfoArticulos

Sábado 3 de Mayo de 2025 - 00:08

La decisión crucial de hospitalizar a un enfermo con enfermedad de Alzheimer llega en momentos difíciles. Foto: Redacción InfoArticulosLa decisión crucial de hospitalizar a un enfermo con enfermedad de Alzheimer llega en momentos difíciles. Foto: Redacción InfoArticulos

La población de adultos mayores crece cada vez más y eso implica también el aumento de enfermedades relacionadas con la edad. Ahí es donde se encuentra el Alzheimer, una demencia neurodegenerativa que es progresiva y causa alteraciones cognitivas, conductuales y funcionales.

Entre el 60% y 70% de los casos de deterioro cognitivo en adultos mayores se presenta esta condición que afecta enormemente no solo a quienes la sufren, sino también a los cuidadores y familiares que los rodean. Por eso es fundamental saber cuándo se debe contemplar la internación al paciente.

La información proviene del Programa Nacional de Datos, Docencia e Investigación en Alzheimer (Pronadial) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. El programa asegura que entre un 10% y 15% de los mayores de 65 años padece deterioro cognitivo, donde el Alzheimer representa a la mayoría. Lo sorpresivo, además, es que su prevalencia se duplica cada cinco años, alcanzando un 40% en aquellos de 85 años o más.

Uno de los trastornos más comunes en los adultos mayores es el Deterioro Cognitivo

Esta enfermedad afecta la calidad de vida y las relaciones con los demás. Es importante que los familiares y cuidadores estén informados sobre cómo manejar esta condición.

Cómo es el proceso de internación

Primero la persona mayor debe someterse a una evaluación multidimensional para detectar los problemas que posee. Se registran recursos y posibilidades del individuo, se asesora sobre la necesidad de servicios y se desarrolla un plan de cuidados basado en cuatro dimensiones: la clínica o biomédica, la funcional física, la funcional mental y la social.

Tras ello es que se establece un diagnóstico que permite planificar los cuidados y rentabilizar al máximo los recursos sociosanitarios.

Luego se toma la decisión de dónde se internará al paciente. En la Residencia Manantial, por ejemplo, se entrevista al paciente y se realiza una visita por las inmediaciones y, en caso de que el paciente y su entorno estén a gusto con el lugar, se inician otras entrevistas para generar una historia clínica.

Estos lugares muchas veces permiten expandir las posibilidades de los pacientes, que en sus hogares se venían limitados a ciertas actividades o tratamientos. No significa que se vayan a curar, pero podrán realizar actividades que no podían en casa, ya que la asistencia se adaptará a las habilidades que aún poseen.

Esto permite a las familias percibirlos de una manera diferente, vincularse no solo desde las necesidades de cuidado, sino desde lo afectivo. Así, las visitas se convierten en momentos de calidad y participación.