La culpa de dejar libros sin terminar: consejos para superarla

La culpa de dejar libros sin terminar: consejos para superarla. Foto: Redacción InfoArticulos

Los baches literarios que muchos de nosotros padecemos pueden ser muy dolorosos, especialmente cuando se exponen en público y nos sentimos avergonzados. La figura del crítico que se cree superior por haber leído un libro determinado puede ser muy desagradable.

Recuerdo una experiencia traumática que me tocó presenciar años atrás, protagonizada por una mujer impresionante que discutió con un escritor sobre la novela 'Adán Buenosayres' de Leopoldo Marechal. El duelo intelectual fue apasionado y seductor, pero al final, yo ya era el kafkiano Gregorio Samsa.

Años más tarde, me enamoré de 'Adán Buenosayres'. Sin embargo, la mujer avasallante se convirtió en una de mis mejores amigas y me confesó que nunca había leído la novela y que incluso no la había entendido.

Para aquellos que carecen del temple para admitir que desconocen un libro determinado, Pierre Bayard ofrece soluciones prácticas en su ensayo 'Cómo hablar de los libros que no se han leído'. Proclama que no es necesario conocer el libro para hablar sobre él con justicia y brinda dos estrategias para ojear un libro sin leerlo: la ojeada lineal y la ojeada circular.

Para aquellos que no están dispuestos a tomarse este trabajo, Bayard ofrece otra solución menos engorrosa: leer o escuchar lo que se dice del texto y formarse una opinión propia. Sin duda, habrá quienes cuestionarán la honorabilidad de estas propuestas, pero tal vez se pueda alcanzar un punto de coincidencia respecto del principal postulado que recorre todo el ensayo: la imperiosa necesidad de desterrar toda culpa o vergüenza por no haber leído un texto.