Una escritora dejó atrás la vida en Manhattan para establecerse en la costa de Florida, donde descubrió algunas notables diferencias.
Por InfoArticulos
Jueves 24 de Abril de 2025 - 20:54
La ciudadana se trasladó de Nueva York a Los Ángeles y compartió su experiencia sobre las diferencias notables entre ambas metrópolis: "Es mucho más fácil detenerse". Foto: Redacción InfoArticu
La joven novelista Amanda Pellegrino nació en Nueva York pero decidió mudarse a Los Ángeles para cambiar de aire y experimentar el clima perfecto del Estado Dorado. Estos fueron los grandes cambios que descubrió entre las costas del este y del oeste.
De la Ciudad de Nueva York a Los Ángeles
Pellegrino nació y se crió en la ciudad popular por la Gran Manzana. Creció en Queens y, tras cuatro años en Washington D.C. para la universidad, se mudó a Manhattan, pensó que viviría allí el resto de su vida.
Otra de las grandes diferencias que halló Pellegrino fue la forma en que los californianos acostumbran a salir. Un sábado por la noche en Nueva York, mis amigos y yo solíamos ir de bar en bar sin un plan claro. Quizás habíamos elegido un barrio o teníamos un punto de partida en mente, pero siempre terminábamos caminando una o dos cuadras para intentar encontrar nuestro próximo sitio de reunión.
En cambio, entendió que la cultura de los bares de Los Ángeles es diferente. Suele elegirse un destino o quizás dos, pero hay planificación tanto para el lugar como para cuánto alcohol consumir. En mi experiencia, beber alcohol en Los Ángeles no parece ser tan popular como lo era en Nueva York.
Para Pellegrino, las personas de Los Ángeles parecen establecer bien los límites y mantener un mejor balance entre el trabajo y la vida personal. Estar ocupado puede traducirse en parecer importante en Nueva York, yo fui esa chica con su computadora en el bar un viernes por la noche.
La cultura del ajetreo no es tan popular en Los Ángeles. Mientras los californianos suelen molestarse por los cambios del tiempo, acostumbrados al clima perfecto, mientras que, para la novelista, los neoyorquinos conocen muy bien los altibajos del tiempo.
Esta ciudad también está llena de gente que persigue sus sueños, pero es mucho más fácil parar y tomarse un respiro cuando tienes la costa de California a tu alcance.