Fuerzas indias reforzaron medidas de seguridad en Cachemira para prevenir futuros ataques, tras el reciente incidente que cobró vidas.
Por InfoArticulos
Miércoles 23 de Abril de 2025 - 11:49
Fuerzas indias reforzaron su presencia en Cachemira para garantizar la estabilidad, tras un incidente que dejó víctimas fatales y busca identificar a los autores del mismo.. Foto: Redacción InfoArt
El ministro del Interior de India, Amit Shah, asistió a una ceremonia en una sala de control policial en Srinagar, donde se rindieron homenajes florales a los turistas fallecidos. También se reunió con las familias de varias víctimas. Shah prometió 'actuar con dureza contra los autores con las consecuencias más severas'. Más tarde, Shah visitó el lugar del atentado, en la pradera de Baisaran, a unos 5 kilómetros (3 millas) de la ciudad turística de Pahalgam. La pradera de Pahalgam es un destino popular, rodeada de montañas cubiertas de nieve y salpicada de bosques de pinos. Cientos de turistas la visitan cada día. Mientras tanto, los funcionarios de seguridad intensificaron las operaciones de búsqueda para dar con los atacantes y el ejército indio afirmó en un comunicado que sus esfuerzos 'se centran en llevar a los atacantes ante la justicia'. El ejército utilizó helicópteros para buscar en las laderas montañosas y boscosas pistas de los atacantes. Cachemira lleva décadas dividida India y Pakistán, dos naciones rivales con armas nucleares, administran cada uno una parte de Cachemira, pero ambos reclaman el territorio en su totalidad. Los insurgentes en la parte de Cachemira controlada por India llevan desde 1989 luchando contra el dominio de Nueva Delhi. Muchos musulmanes cachemires apoyan el objetivo de los rebeldes de unir el territorio, ya sea bajo dominio paquistaní o como país independiente. India califica la militancia en Cachemira como terrorismo respaldado por Pakistán. Islamabad niega la acusación y muchos cachemires lo consideran una lucha legítima por la libertad. Decenas de miles de civiles, rebeldes y fuerzas gubernamentales han muerto en el conflicto. India ha utilizado tácticas de mano dura para mantener su control sobre la región, como otorgar a las fuerzas armadas amplios poderes para arrestar, torturar y ejecutar sin juicio previo a sospechosos, según grupos de derechos humanos. En marzo de 2000, al menos 35 civiles fueron asesinados a tiros en una aldea del sur de Cachemira mientras el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, visitaba India. En 2019, meses antes de que Nueva Delhi revocara la autonomía de la región, un ataque insurgente mató al menos a 40 soldados paramilitares que dejó a India y Pakistán al borde de la guerra. La violencia ha disminuido recientemente en el Valle de Cachemira, el corazón de la rebelión contra India. Los choques entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes se han trasladado en gran medida a zonas remotas de la región de Jammu, como Rajouri, Poonch y Kathua, donde las tropas indias han enfrentado ataques mortales.