El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado la firma de un tratado bilateral con Reino Unido que marca un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos países.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado la firma de un tratado bilateral con Reino Unido que marca un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos países.. Foto: Redacción Info

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado el jueves la conclusión de un acuerdo 'total y completo' con el Reino Unido, el primero de este tipo desde el inicio de su guerra comercial.

Según declaraciones del propio Trump en su red social TruthSocial, el acuerdo con el Reino Unido es 'total y completo', lo que consolidará la relación entre Estados Unidos y el Reino Unido por muchos años.

El primer ministro británico, Keir Starmer, tiene previsto pronunciarse más tarde en el día.

Londres ha estado negociando con Estados Unidos durante varias semanas con la esperanza de reducir los aranceles adicionales impuestos a sus exportaciones (10% en todos los productos y 25% sobre acero, aluminio y automóviles).

Este acuerdo es el primero desde que el magnate impuso aranceles masivos sobre bienes importados por Estados Unidos.

Estados Unidos está llevando a cabo conversaciones similares con varios otros países. Se espera con gran interés la apertura este fin de semana en Suiza de las negociaciones con China.

A pesar del anuncio de un acuerdo 'total y completo', varios analistas y economistas consideran que solo se tratará de un arreglo de alcance limitado.

Los analistas de Deutsche Bank prevén más bien el anuncio de un 'marco' de negociaciones.

Consultado por la AFP, Jonathan Portes, economista del King's College de Londres, no imagina otra cosa que 'una operación de limitación de daños' y ciertamente no 'un verdadero impulso para la economía' británica.

Las concesiones del gobierno británico serán observadas de cerca, especialmente si acepta suavizar su impuesto digital –que apunta a los gigantes estadounidenses y recauda 800 millones de libras al año– justo en el momento en que reduce las ayudas sociales para equilibrar el presupuesto.

Los laboristas nunca negaron que este impuesto, de alto valor simbólico –especialmente para Donald Trump, cuyos grandes aliados son los jefes de la tecnología estadounidense–, estuviera sobre la mesa de negociación.