La emblemática esquina de Corrientes y Bouchard albergó en sus inicios un estadio en la década de 1930.
Por InfoArticulos
Domingo 25 de Mayo de 2025 - 04:14
El Luna Park, un icono de la ciudad, enfrenta un desafío importante con la llegada de un nuevo proyecto que busca transformar su futuro.. Foto: Redacción InfoArticulos
El proyecto del Arzobispado/DF Entertainment S.A. está ahora en trámite de revisión en la Subsecretaría de Gestión Urbanística del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En tanto edificio catalogado con “Protección Estructural”, el Código Urbanístico establece límites firmes y precisos: el resguardo de la totalidad del exterior del edificio, su tipología, los elementos básicos que definen su articulación y ocupación del espacio. Solo se permiten modificaciones que no alteren su volumen ni superficie, dejando expresamente prohibidas las demoliciones. La norma establece, además, que los componentes patrimoniales y los valores arquitectónicos históricos del Luna Park deben ser preservados y su refuncionalización, modernización, etc. debe hacerse en un marco de respeto por su integridad y autenticidad. En este contexto las fachadas, la cubierta, las tribunas, galerías, etc. solo pueden someterse a operaciones de restauración, rehabilitación o mantenimiento, pero no demolerse. Y se pueden adicionar elementos contemporáneos siempre que se integren visualmente, se evidencien como tales y sean reversibles. Esto no es lo que propone el proyecto en cuestión ya que, para alcanzar el objetivo de llevar el aforo a 13.000 espectadores, plantean la demolición de la totalidad del interior, aumentando el volumen y la altura, agregando niveles por sobre la fachada actual, que también se eleva, y construyendo una nueva cubierta más alta que se verá desde el espacio público. Todo ello, en clara contradicción de las normas. Como contrapartida, es perfectamente posible pensar en la preservación del Luna Park, actualizándolo tecnológicamente y adecuándolo a los requerimientos contemporáneos minimizando -al mismo tiempo- el impacto sobre el monumento, algo que puede lograrse reenfocando el proyecto con la premisa de evitar su demolición. No olvidemos que estamos hablando de un edificio que se encontraba operativo hasta hace unas semanas cuando la empresa decidió suspender los numerosos shows que se venían desarrollando en él. El Luna Park es un caso testigo que nos interpela acerca del perfil de ciudad que deseamos, un debate que ha sido saldado en muchos países y que sigue pendiente en el nuestro. El gobierno de la ciudad de Buenos Aires está ante una decisión que requiere actuar con la prudencia que el caso exige. Cuando se trata de patrimonio arquitectónico, que en este caso es -además- Monumento Histórico Nacional- sabemos que lo que se demuele se pierde para siempre. *Los autores son arquitectos especializados en patrimonio histórico