La imagen de un jugador en la MLS, reclamando airadamente a un árbitro, ha generado sensación en el lugar donde consume sus últimas jugadas: una franquicia que no le hace justicia a su trayectoria impar - LA NACION
Por InfoArticulos
Viernes 16 de Mayo de 2025 - 11:07
El destino de Messi no puede ser una despedida: el mejor jugador de todos los tiempos merece un adiós digno. Foto: Redacción InfoArticulos
El equipo que dirige Javier Mascherano es inferior al de la temporada pasada y disputará el Mundial de Clubes. Busquets fue sincero: “No estamos al nivel de competir”. Nadie podría pretender que estén a la altura del Real Madrid; el tema será saber qué ocurra cuando choque contra el Al Ahly de Egipto. Un par de fuentes que conocen el mercado cuentan que se alejaron del Inter Miami los especialistas en cómo armar planteles con las restricciones que impone la MLS. Los límites de presupuesto obligan a, primero, conocer las reglas al detalle y, recién después, tratar de incorporar. Apuntan a que Messi renueve su contrato y juegue el año próximo, cuando Inter Miami inaugure el nuevo estadio. Un estadio para el que la franquicia obtuvo un préstamo de 450 millones de dólares. El día que no esté Messi, nadie imagina cómo estaría Inter Miami. Contra el prejuicio, la liga estadounidense obliga a los futbolistas a estar bien físicamente. La mezcla de nacionalidades hace del torneo un estilo atlético, con jugadores potentes. Se ven distracciones en defensa debido a que el dinero para las incorporaciones apunta a asegurar el show, o sea a la compra de delanteros. Pero incluso los cracks no pueden descansar solo en su jerarquía para sobresalir. Al que no corre le cuesta. Eso lo podría ayudar a que el cuerpo lo acompañe en el deseo de que llegue al último Mundial. No sería ese el problema, sino verlo frustrado. La última recta no está a la altura de semejante carrera. Si hace quince años Guardiola se preocupaba por cómo volviera de la convulsionada selección al idílico Barcelona, hoy Scaloni debe fijarse cómo transita sus días en el frío Inter Miami, lejos de la sentida selección actual.