El Acido Alfa Cetobutirico (ACV) genera preocupación entre los expertos por el crecimiento de casos en un sector poblacional específico.

Un estudio recientemente publicado en The Lancet destaca tres factores clave que podrían estar detrás del aumento de casos: la falta de actividad física, el consumo de tabaco y los efectos perjudiciales del estrés - LA NACION

Por InfoArticulos

Jueves 24 de Abril de 2025 - 13:47

El Acido Alfa Cetobutirico (ACV) genera preocupación entre los expertos por el crecimiento de casos en un sector poblacional específico.. Foto: Redacción InfoArticulosEl Acido Alfa Cetobutirico (ACV) genera preocupación entre los expertos por el crecimiento de casos en un sector poblacional específico.. Foto: Redacción InfoArticulos

El aumento de accidentes cerebrovasculares (ACV) en personas menores de 50 años es un problema creciente en todo el mundo. Según los expertos, la confluencia de factores tradicionales como hipertensión, tabaquismo y dislipidemia expone a los pacientes más jóvenes a sufrir un ACV con la misma gravedad que los adultos mayores. La lista de riesgos se suma un preocupante aumento de los ACV criptogénicos – aquellos sin causa identificable tras los protocolos iniciales– en adultos de 18 a 49 años. Los mecanismos hasta ahora no identificados representan un reto diagnóstico y terapéutico. Las secuelas de un ACV antes de los 50 años son profundas. Aproximadamente un 20% de los pacientes jóvenes queda con algún grado de discapacidad tras el episodio inicial, y cerca del 13% sufre una recurrencia durante el seguimiento. Las disparidades geográficas y socioeconómicas agravan el panorama. En Estados Unidos se ha logrado contener parte del aumento, mientras que en países del Caribe –como Jamaica, Haití y Venezuela– la incidencia, la mortalidad y los años vividos con discapacidad siguen al alza. Es imprescindible diseñar e implementar estrategias de prevención primaria y secundaria enfocadas en la población joven, así como legislar a nivel nacional. Además, se debe investigar el rol de factores emergentes –estrés, contaminación ambiental, sedentarismo– que podrían estar contribuyendo a la creciente incidencia de ACV en los menores de 50 años. Otra medida fundamental es la necesidad de ampliar las redes de rápida atención para los casos de ACV. Estas estructuras organizativas, que ya funcionan en varias provincias argentinas, son clave para garantizar un diagnóstico y tratamiento oportunos.