Con una actitud humilde, el Papa León XIV se hizo cargo del cargo de obispo de la Sede Apostólica.

El Papa tomó posesión de la Basílica de San Juan de Letrán y prometió estar "al servicio de todos, para aprender, comprender y decidir juntos"; también visitó la Basílica de Santa María la Mayor para rendir homenaje a la Virgen Salus Populi Romani, patrona de la capital y tumba de Francisco - LA NACION

Por InfoArticulos

Domingo 25 de Mayo de 2025 - 19:19

Con una actitud humilde, el Papa León XIV se hizo cargo del cargo de obispo de la Sede Apostólica.. Foto: Redacción InfoArticulosCon una actitud humilde, el Papa León XIV se hizo cargo del cargo de obispo de la Sede Apostólica.. Foto: Redacción InfoArticulos

El Papa León XIV se dirigió a la multitud desde la ventana del palacio apostólico con vista a la plaza de San Pedro durante la oración del Regina Coeli en el Vaticano. En su discurso, pidió que rezaran por él y expresó su gratitud por el afecto que le estaban manifestando. También recordó el décimo aniversario de la encíclica Laudato si', sobre el cuidado de la casa común, de Francisco, y llamó a todos a seguir comprometidos con escuchar 'el doble grito de la Tierra y de los pobres'. La jornada dedicada a Roma concluyó pasadas las 19:30 locales en la Basílica de Santa María la Mayor. El Papa llegó a la basílica en papamóvil desde la Basílica de San Juan de Letrán. Allí, luego de rezar ante el ícono de la Virgen Salus Populi Romani, a quien le imploró que cuidara a Roma y a los romanos, el Papa se detuvo algunos minutos a rezar ante la simple tumba de Francisco, como ya había hecho al día siguiente de haber sido elegido. Luego, también desde allí se asomó a saludar a la multitud desde el balcón central de la basílica. Entonces agradeció a las miles de personas presentes en el barrio del Esquilino, revolucionado por su presencia, renovó su devoción a la Virgen Salus Populi Romani, considerada la protectora de la capital, a quien le imploró que 'nos ayude a caminar juntos, unidos como una única familia de Dios'. Aclamado al grito de '¡Leone! ¡Leone!', se despidió con un simple 'buenas noches todos y muchas gracias'.